El arte y la literatura han buscado caminos diferentes para aproximarse a la violencia y la crueldad, a su radicalidad y extensión. Según Valeriano bozal, la violencia ha adquirido en nuestro tiempo una fisonomía específica. Se ha difundido y radicalizado.

En este cambio ha influido la proximidad que cotidianamente alcanza en los medios de comunicación de masas y el carácter espectacular en que muchas ocasiones adquiere. En su encuentro con ISEGORIA, el profesor Bozal analizó algunos de estos temas a partir del momento en el que, con los Desastres de la Guerra de Goya es posible hablar de una época nueva, de una violencia moderna, en la que la deshumanización desempeña un papel destacado.

A partir de aquí, sitúa no sólo los orígenes míticos y mágico-religiosos perdurables en el arte contemporáneo, sino también su muy diversa interpretación por parte de los más conspicuos representantes de las vanguardias del siglo XX y de la actualidad.

La condición ética de su representación, la naturaleza de la ficción y el análisis de obras y autores concretos son objeto de su aproximación. Desde esta perspectiva, Valeriano nos muestra puntos de vista muy sugerentes, como el de que el “arte otro” está marcado por la “retirada de lo humano”, y el efecto de violencia que ello entraña, deteniéndose especialmente en el trabajo de Marina Abramovic, quien llevó en muchas actuaciones su cuerpo al límite: en su primera performance, hace más de 40 años, consistió en puntear con un cuchillo entre los dedos abiertos. Hubo sangre y lo grababa.

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