Recital de poesías. «La Pluma y la palabra»
Recital de poesías por parte del autor, Erodain, donde los poemas Épicos, Líricos forman parte del recital.
Presenta José Iglesias Novillo, coordinador de la sala de arte y cultura de ISEGORÍA.

Se abre el recital con este poema
SURGE EL POETA
Surge el poeta orfebre de palabras.
La luz se apaga un instante
para dejarle paso.
De fuego y sangre es la materia que imagina.
El sabe que está solo,
que ninguna indulgencia llegara
en las horas amargas.
Pero su soledad es fecunda,
con una condición:
nada debe crear sin saberlo los dioses.
Aunque el tiempo es fugaz, implacable,
el siempre espera la inspiración suprema.
Forja su temple
en ese espacio que le otorga la vida.
Domeña la palabra -corcel de símbolos e ideas- que azota, acaricia, conduce o destruye según su voluntad.
Después se va extinguiendo
como espuma de mar
y solo queda el eco de su leyenda.
Erodain
Poema Épicos l
El Apostata.
Entro en el cenáculo
de los Jueces Supremos.
Se le acuso de renegar
de aquello en lo que fue
instruido:
la Doctrina Sagrada.
Se defendió con argumentos
que no quisieron entender.
Solo contaba la ortodoxia
a la que nunca quiso someterse.
Eran hombres de recto proceder
y el un Apostata,
ese fue su pecado.
Sintió miedo,
sabía que serian implacables,
que no admitirían
indulgencia alguna.
Le acusaron de ser un pitagórico ,
a él, que nunca comulgó
con doctrina alguna.
Impío le llamaron y sintió miedo.
No fueron clementes.
fue condenado a la ultima pena.
Hoy hallase aquí
esperando las horas
que le separan del patíbulo,
Presto ya para el viaje final.
Erodain
El Librepensador.
Un hombre libre es siempre fiel
a sus ideas.
No vende su opinión al eco
de otras voces
si la razón no las ampara.
No se esclaviza a valores espurios
ni a la ley que dictaron unos jueces
serviles al poder y a sus prebendas.
Pensar con libertad es duro,
casi heroico
en un país oscuro de horizontes
como en el que habitamos.
A ese hombre, quien podría
unirle a ningún yugo,
ni empujarle al rebaño
de los sometidos?
Ama la libertad y la defiende,
también la de otros hombres
si así lo mereciesen.
Lucha por sus ideas
y combate por ellas,
pero elige sus armas
no las que otros quisieron
ponerle entre las manos.
Sabe que su verdad
no es un fruto perfecto,
pero lo siente y la valora.
Es incólume al tiempo
y al desanimo.
Los años no limitan
su voluntad ni su entereza.
Es libre, y esa palabra basta!
Erodain
—
Poemas Oníricos.
Condenación de la noche.
Escucho el pulso de la noche,
siento fluir su cauce y derramarse
con la tibieza del ópalo
o del nácar.
Aunque, a veces, surge
de sus entrañas
un caballo de bronce
hecho de vértigo y furia
y desgarra mis horas,mi silencio.
Quien abrirá ese nido
de orugas boreales
que guardan su poder
sobre un nido de alondra?
Por que la noche oculta
sus secretos
sobre un cofre de signos
tutelares,
no es su equivoca luz
hija del cobre y de la llama?
En que crisol renueva
su ambición cuando agota
la fuerza fe su instinto?
La noche es una vieja araña
que acecha el sueño
de los hombres
agazapada en su ataúd
de sombras.
Pero, quien de nosotros
podría condenarla?
Erodain
————-
Fuego esmeralda.
Fuego esmeralda,
suave espesura, amanecer
o selva,
donde agotan su paso
las iguanas.
Ámbito exhausto de las
sombras
donde la luz se esconde.
Reino de formas rebosantes
de exaltación o cántico ,
o grito, o voz sin nombre
que consume la fronda.
Verde rumor cautivo
ausente de horizonte
y de llanura.
Quieta humedad de plumas
al acecho,
fecunda plenitud sin límites
de aurora ni poniente,
que arrulla el canto del caribú.
Alerta, alerta siempre!
Un hombre yace
entre esa inmensidad
de corazones.
Umbral desnudo
donde rompen los sueños
cada noche.
Que nadie le despierte!
Erodain
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Poemas Líricos.
En la distancia.
Amanecía. y me dejé llevar
por tu recuerdo.
Lucido sueño prendido
a mi memoria
allí, junto al arco de luz
donde nacía el alba, o fuego.
Porque ahora he sabido
que el silencio no existe,
y la soledad
es ala de paloma perseguida,
o lágrima, o suspiro
y se hace caricia acribillada
por el iris desnudo de la noche.
Llevame en la húmeda calma
de tus ojos,
sabia, escarcha o rumor
que presagia la bruma
en peregrina ausencia
de pecado.
Llevame sin tristeza,
como se lleva el mar
la indómita quietud
de sus arenas.
Hoy he querido ser tuyo
en la consumación
de la distancia, o el deseo.
Erodain
El Amor.
Dime Esfinge,
que amor es mas valioso:
el que procura goce
a los sentidos
y se apaga después
como efímera llama,
o el que nutre y atempera
el alma
sin ser vencido por el olvido?
Si quedase el amor
de los amantes
reducido a gozar
los arrebatos de la carnalidad,
viviendo un presente
sin vinculo futuro,
dejaría de ser ese caudal
que surca las aguas del alma,
hasta ese inmenso mar
donde no existe el tiempo?
Tal vez espíritu y materia
no huyan el uno de la otra
como algunos quisieron
enseñarnos.
pues no son enemigos
luchando en una guerra
condenada al fracaso.
Son el aliento vital
de nuestro ser:
en la turbulencia y la calma,
en el placer y el dolor,
en la vigilia y el sueño,
en la cercanía y la distancia,
en la vida, y aun mas allá…
en el reino de la Laguna Estigia.
Erodain
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Poemas Épicos ll
ANABASIS (El reposo del guerrero)
Y llegaron de noche
una luna de Junio.
Soltaron sus armas en las dunas
y cayeron exhaustos en la arena.
La luz de las antorchas
reflejaba el brillo de sus grebas ,
escudos y corazas.
Aguadores semitas apagaron
su sed con un agua espesa
que todos tuvieron que beber.
Eran cuerpos heridos y dolientes,
de miembros ultrajados
por el duro combate
acontecido.
Se encendieron hogueras,
un humo con olor a muerte
pobló la planicie.
Sonaron crótalos y flautas,
los efebos bailaron al son
de los címbalos,
y un eco de gemidos resonó
poderoso.
Eran los lamentos del hogar lejano,
y el amargo llanto
por el fiel camarada caído
en la batalla.
Algunos buscaban a gritos
al amigo que formo a su lado
en la falange.
Que más sufrimiento
quedara a esos hombres?
A cuantos aun diezmara
esta odisea?
Eran diez mil y ahora quedan…?
Corazones de bronce,
hijos de la Helade,
el duro avatar os marco
un sombrío destino,
asumidlo!
Que alto precio pagáis
a cambio de la gloria!
Jóvenes corazones,
ya no tendréis el hijo
que adore vuestro nombre
ni os inmortalice
ante el dios de la guerra.
Silencio.
Dejad dormir
a los que pronto emprenderán
el sueño eterno.
Ahora, escuchad el crepitar
de las hogueras.
Erodain
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«El retorno de Sisifo»
Oh, Sísifo hijo de Eolo y Enarete!
Los siglos cambiaran tu faz
pero no tu destino.
La misma roca,
la misma cima,
el mismo sufrimiento.
Tan odioso pecado cometiste
para sufrir esa condena?
Engañaste a los dioses
con astucia.
Tu ansia de volver a la vida
te sumió en el castigo,
mas, no es ese el deseo
de todo ser viviente?
Némesis se ha vengado.
Seguirás bregando inútilmente
por un final que no llegara nunca?
Pero, porque solo a ti,
acaso Ulises no pecó
y los dioses mostraron su clemencia?
Esa roca que empujas
tenazmente
es tu odiosa condena.
Sisifo, hay un sol que oscurece
y se oculta en poniente,
mas tus ojos, negados a la luz,
no lo verán nunca.
Empuja, empuja y sufre,
es el sino del hombre.
Vuelve a caer de nuevo
la roca de tus manos.
No sientes su rugido,
o es la risa de Hermes,
quien te llevo de nuevo
hasta el reino del Hades.
Recuerdas?
Enjuga tu sudor
y piensa que los hombres
viven solo una vez,
pero tu gozas de un tiempo
ilimitado, hasta en el sufrimiento.
Empuja una vez mas
es tu destino,
y confía de que un intento mas
te llevara a la cima
y al perdón de los dioses.
Aunque nunca volverás a la tierra
que una vez fue tu reino.
Oh, Sisifo!
Erodain
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ANABASIS (La batalla)
La noche se extingue.
El sol avanza y llena de fulgor
las llanuras de la tierra yerma.
Es la señal suprema.
Ondean los pendones,
retumba el sonido
de tambores y címbalos.
Estelas de sombras y luz
se entreveran por el erial de arena.
Avanzan.
Quema el suelo y el cuero cruje
al acorde de los viriles pasos.
Quienes son esos hombres?
Corazas de metal cubren sus cuerpos,
cascos bruñidos sus cabezas,
un pálpito de furia acelera su sangre y su coraje.
Corazones de bronce,
acaso un loco os llevara a la muerte
o al sacrilegio de una tierra sagrada?
Persia no os desea
ni adora a vuestros dioses.
Un viento de poniente
azota los oídos de los duros hoplitas,
el aire quema y la mar queda lejos.
Las lanzas se adelantan,
tienen sed de sangre y de batalla.
Jinetes persas de briosos corceles
con brillo de azabache
aguardan en las ocultas dunas.
Arqueros sigilosos de perfil sumerio
acechan a los bravos aqueos.
Clearco dirige a la hueste griega,
ordena cerrar la falange
y un grito de guerra atruena la tierra.
Los caballos braman
heridos por las lanzas aqueas.
El cielo se oscurece entre nubes de dardos que lanzan los valientes persas.
Bronces, corazas, grebas y penachos se mezclan con la carne y la sangre en brutal desafío.
Combaten con valor pero no odian,
matar o morir ese es su destino.
Las Moiras celebran la hecatombe que ha designado el Hado.
Sigue el avance de los hijos de Zeus
que detiene con rayos el ímpetu de Mitra.
Los dorios arrasan a la escuadra persa.
La sangre brota de los cuerpos y humedece las dunas.
Aves rapaces acechan la tierra al olor de los seres inertes.
Clearco y sus soldados celebran la victoria.
Pendones de triunfo se yerguen en el suelo enemigo. ANABASIS NIKE.
Erodain
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Poemas de Denuncia Social.
Los Próceres infames.
Próceres de la infamia,
filisteos del fraude,
elenco de tramposos.
Demagogos de la prebenda
y el óbolo.
Veleidosos profetas
de incumplidas promesas.
Prevaricadores
de la fe ciudadana.
Ahí esta el templo
donde habéis anidado.
Escuchad la voz del corifeo,
oíd su veredicto
y su inútil condena.
Que teméis,
si ya tenéis la espalda
bien guardada?
Si hicisteis leyes
solo para vosotros.
Si creasteis un reino
prohibido a los humildes,
esos que, día a día, colman
vuestra insaciable sed
de privilegios.
y llenan el pesebre
donde saciáis el buche
con largueza.
Que teméis, señorías,
si no hay lanza
que penetre
la impostura legal
que os protege,
ni mengua vuestra alforja
cuando dejáis la toga
y el estrado
a otros fariseos
sedientos de poder y riqueza?
Impostores
de una país doliente
y malhadado,
empobrecido para muchos,
pero rico y fecundo
para otros, los que expolian
sin tregua el fruto de una tierra
que no les pertenece.
Próceres de la infamia.
Erodain
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Me duele esta tierra…
Me duele esta tierra,
la mía, la de muchos.
Una tierra hollada por
quienes la escarnecen
desde la atalaya
de un poder infausto,
ese, que vosotros les disteis
una augusta mañana
de solemnes promesas
fementidas.
Me quema esta tierra,
Me hiela el viento que la azota,
la lluvia que la inunda,
el sol que la ilumina.
Escucho la legítima
voz de los que sufren
y pregunto:
el sudor que
vertéis cada jornada
que fruto fecunda,
que futuro esclarece?
No parece real
tal sumisión,
pero existe,
y la nutrís calladamente
como el aire a la llama.
Me hiere el presagio
de un devenir oscuro
que se acerca indócil
a nosotros.
Nada cambia,
la historia se repite
en el duro paisaje un país
que hacemos despertar
cada mañana.
Ahora, serenamente,
meditad mis palabras,
y luchad por aquello
que os pertenece.
Erodain
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